Es hora de hablar de la quimera, de otra vida, de lo que no se opina, se expresa, del trapecio que ante la nada oscila, de tragedias y triunfos que duran un segundo, de alterar el destino y de la fabrica de hielo del olvido.
Es hora de hablar de las voces de los hombres y su engaño, de la verdad como forma de violencia, del dolor y de la inocencia, del infinito entre tus brazos y de los límites de mi cuerpo y el regateo de mi ficción, pura ficción.
Es hora de hablar de la culpa y la madre del castigo, y hacerse entre tus enemigos, del lento proceso de derrumbe, y que nunca hablamos de lo que hay hablar, de secuencias, de presagios que se cumplen, y quiero hacer muchas cosas por tí las más posibles...
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